Cómo Federico el Grande empleó cuarenta años trabajando para su reino
Existía, sin embargo, una corte donde no había lujo: era Brandeburgo, que habiendo absorbido al vecino estado prusiano, vio a sus gobernantes elevarse a la categoría de reyes de Prusia. Todo el dinero que podía recogerse se empleaba para el ejército; reclutábanse los hombres más aptos y se los ejercitaba y preparaba para la guerra. Cuando Federico el Grande subió al trono, trabajó cuarenta años intensamente en favor de su reino, reconstruyendo edificios, secando pantanos, haciendo carreteras y canales, procurando que los campesinos tuvieran grano para las siembras, ensanchando sus dominios siempre que se presentaba la oportunidad. A partir de su época, fue evidente que, más pronto c más tarde, Prusia se pondría al frente de los demás Estados y los guiaría. Por su fuerza y perseverancia, sacó el mejor partido de la guerra ce los Siete Años, contra Austria y Francia.
Por este tiempo reinaba en Austria María Teresa, la madre de María Antonieta de Francia. Acosada por Federico, que le arrebató Silesia, y perdidas también otras partes de sus dominios, María Teresa, mujer enérgica y valiente, tuvo que huir a Presburgo de Hungría, que había estado unida a Austria antes de la guerra de los Treinta Años. Allí, vestida a la usanza húngara, apeló a los buenos sentimientos de la nobleza, mostrándoles a su hijito a quien llevaba en brazos. En contestación, los nobles húngaros sacaron entusiasmados sus espadas, gritando a la vez: “¡Muramos por nuestra soberana María Teresa!”
El incendio de la guerra de los Siete Años se propagó por todo el mundo europeo, y desde ese tiempo Prusia fue un reino poderoso. Unos treinta años después de celebrarse el tratado que puso fin a aquella guerra, alteróse de nuevo la paz.
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