Llegada de los árabes a Europa: su aporte a la cultura en España


En Europa, fue España la que recibió, el mayor aporte de la civilización árabe, que alcanzó allí su apogeo. En los intervalos de paz, los caballeros cristianos y los hombres estudiosos se mezclaron con los moros españoles y recogieron los dones de la civilización de los, en cierto modo, sucesores de los antiguos griegos. Hombres como Alhakem II califa de Córdoba, lograron una cumplida compensación a la obra destructora de Ornar, quien había quemado la biblioteca de Alejandría. Alhakem llenó su hermoso palacio de Córdoba de libros recogidos de todo el mundo culto de la época.

Los estantes debidamente clasificados de su biblioteca contenían, en 970, seiscientos mil volúmenes, todos catalogados en buen orden. La mayor cultura filosófica y científica, la más alta literatura, la vida más refinada, hallábanse reunidas, durante la Edad Media, al sur de los Pirineos.

Sobre todo, la famosa Universidad mahometana de Córdoba irradió, en el siglo x, la ciencia y la civilización de los árabes por toda Europa, y puso fin al período de general ignorancia que siguió a la irrupción de los bárbaros; y a tan ilustre centro del saber acudieron en aquel tiempo a estudiar química, matemáticas y filosofía, muchos hombres estudiosos que se mezclaron con los sabios continuadores de la obra de Bagdad. España era entonces un paraíso por su fertilidad, y una lámpara de ciencia entre la Europa inculta en sus campos y en sus hombres. Cuando los españoles reconquistaron su patria no dieron importancia alguna al arte de canalización para riegos que les habían enseñado los moros, y así una buena parte del país se convirtió en un extenso erial, coronado por algunas délas más gloriosas ruinas del mundo.