Los grandes ríos que atraviesan los valles de Francia
Tócanos hablar ahora de los anchurosos ríos. El suelo de Francia forma un suave declive desde el Macizo Central hasta el canal de la Mancha y el Atlántico, dando origen a las extensas llanuras del Noroeste y del Sudoeste. Hacia el Mediterráneo el declive es más pronunciado. Corren por estas extensas llanuras, como venas de una verde hoja, tres de los cuatro grandes sistemas de ríos de Francia, es decir, el Sena, el Loira y el Garona. Las colinas que sobresalen en estas inmensas llanuras sólo consiguen aparecer como ligeras elevaciones en aquellas extensas planicies y guiar el curso de numerosos ríos y riachuelos que se entrecruzan.
Hemos hablado ya ligeramente del Ródano, el más impetuoso de los ríos franceses, en la parte de su curso que va de los Alpes a los Cevennes. Nace en las nieves de Suiza, atraviesa el lago de Ginebra y gira luego rápidamente hacia el Sur, como para recibir las aguas del lento Saona, que viene de los Vosgos. En el ángulo formado por la confluencia de estos dos ríos, se encuentra la gran ciudad de Lyon. El valle del Ródano ha sido siempre la principal vía de comunicación entre el Norte y el Sur, desde el tiempo en que los soldados y comerciantes romanos siguieron su ruta a través de bosques y pantanos, hasta los días en que los marselleses marcharon a París durante la Revolución Francesa, y en que las diligencias de París y Marsella iban pesadamente de una población a otra.
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