Cómo quedó Alemania después de la guerra
Cuando los soldados aliados penetraron en Alemania, sólo vieron en torno ruina y desolación: ciudades enteras reducidas a escombros por efectos de los sucesivos bombardeos, de tal modo, que una tercera parte de la población se hallaba sin techo. La mortandad producida por ellos fue elevada, y se calculó en varios centenares de miles. En los campos de batalla, por otra parte, cayeron casi cuatro millones de jóvenes alemanes, y otros tantos se hallaban prisioneros en campos de concentración aliados. El efecto de tal destrucción en el pueblo fue grande, sobre todo si se tiene en cuenta que desde hacía trescientos años la guerra no había mostrado su cruenta faz dentro mismo de la tierra patria alemana. Pero así y lodo, la recuperación observada a los pocos años, menos de un lustro, permitió nuevamente admirar la voluntad y el tesón de los teutones.
Alemania fue nuevamente desmembrada al finalizar la guerra: Polonia tomó buena parte de la Silesia y del este de Prusia; Rusia lo restante, incluido Kónigsberg. Así, la frontera alemana del oriente fue trazada por el río Oder, antes un río interior. Las tierras anexadas por Hitler antes de la guerra fueron también segregadas de la otrora Gran Alemania: Austria y Checoslovaquia recobraron su respectiva independencia. En suma, la guerra redujo el territorio alemán de 673.400 a 352.240 kilómetros cuadrados, y la población, de noventa a sesenta millones de habitantes.
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