La situación actual de Italia y sus promisorias perspectivas
Al estallar la segunda Guerra Mundial, Italia permaneció neutral, pero en junio de 1940 declaró la guerra a Francia e Inglaterra. Esta intervención tuvo consecuencias desastrosas para ella, tanto que a fines de 1942 ya había perdido todo su imperio colonial en el África.
En el mes de julio de 1943 las fuerzas anglo-americanas invadieron la isla de Sicilia. La invasión del territorio metropolitano por el enemigo produjo un colapso en la política italiana. Mussolini fue depuesto y el mariscal Pietro Badoglio asumió el poder. En setiembre del mismo año Badoglio anunció la capitulación incondicional de Italia a las Naciones Unidas. Sin embargo, las fuerzas alemanas destacadas en Italia lograron mantenerse en el país, y sólo fueron expulsadas después de una cruenta lucha en la que cooperaron los mismos italianos.
Después del armisticio la situación interna provocó la abdicación del rey en favor de su hijo, el príncipe Humberto, quien ascendió al trono como Humberto II. Pero un plebiscito, en el que votaron 24 millones de italianos, instauró la república en junio de 1946, pues 13 millones se pronunciaron por el nuevo régimen. Humberto abdicó, y el primer ministro, Alcides de Gasperi, asumió la jefatura del gobierno. En las elecciones subsiguientes, Enrique de Nicola fue proclamado primer presidente de la República Italiana. Le sucedieron Luis Einaudi y Juan Gronchi. Italia es, según la nueva constitución, vigente desde 1948, una república democrática fundada en el trabajo. Es miembro de la NATO y fue admitida en las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1955. Ha perdido parte de su imperio colonial, adquirido durante la era fascista, aunque administra la Somalia por resolución de la UN. En poco más de una década ha logrado rehacerse de la destrucción, la ruina y la miseria que llevó a su histórico suelo la segunda Guerra Mundial. Así ese pueblo ha demostrado, una vez más, su tesón y su firme voluntad.
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