China se transforma y sus costumbres sufren profundos cambios
Nada más sorprendente que visitar a China después de haber leído los relatos sobre las viejas e inamovibles costumbres de ese sufrido pueblo. En las grandes ciudades todo ha cambiado como por encanto: la guerra obligó al pueblo a abandonar su habitual pasividad y le enseñó a valerse de los más modernos métodos de la técnica. Shanghai, Cantón o Peking, con sus barrios modernos se semejan a cualquiera de nuestras ciudades. El mismo tránsito de automóviles, de gente vestida a la europea, los grandes comercios, todo el fárrago de movimiento y luz que observamos en las modernas urbes occidentales.
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