La obra de los primeros colonos ingleses en el novísimo mundo
El 26 de enero de 1788, día que se festeja como el natalicio de Australia, setecientos deportados, reos de delitos comunes en Gran Bretaña, acompañados de las personas encargadas de su custodia, saludaban con vítores, en torno de un asta enclavada en la playa de la bahía Botany, la enseña inglesa, que por primera vez ondeaba sobre el novísimo continente. El gobernador les dirigió la palabra exhortándolos a llevar una vida honrada en el país que iban a ocupar.
Hasta entonces, Gran Bretaña había deportado a otros criminales análogos a las colonias americanas; pero cuando éstas se declararon independientes, hubo que pensar en las nuevas tierras descubiertas por Cook, para hospedar a los delincuentes.
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