El notable mecanismo que funciona cuando respiramos


Al llegar aquí, podemos estudiar estas dos operaciones, que son algo así como dos mitades equilibradas de una función de primera necesidad en la vida: la respiración. Lo que llamamos aspirar, es decir, levantar el pecho y tomar aire, es realmente la finalidad de una de estas dos mitades: esto es, tomar el oxigeno. La finalidad de la otra mitad es expeler el anhídrido carbónico. La verdadera respiración es la que tienen en sí mismas las células vivas del cuerpo, ayudadas por la sangre en continuo movimiento que les da el oxígeno y les quita el anhídrido carbónico.

Sabemos muy bien que cuando una llama está en medio de una corriente de aire, arde rápidamente y con extraordinaria brillantez: ahora bien, ¿cuál es la acción de la corriente? Sencilla-

mente acercar el oxígeno hacia el combustible, y alejar el anhídrido carbónico que se produce al arder. Si meditamos sobre este caso, veremos que es precisamente lo que sucede mientras la sangre se mueve en nuestro cuerpo, y de la misma manera que el fuego arde con fuerza en una corriente de aire, así nuestros cuerpos arden mejor y de modo más saludable, cuando la sangre circula rápidamente por ellos. A veces la sangre circula con demasiada lentitud y se queda casi detenida en alguna parte del cuerpo; esto significa sencillamente que aquella parte no puede respirar bien, y, por tanto, cae enferma; y si alguna vez no puede ir la sangre a determinada parte del cuerpo, esa parte muere en brevísimo tiempo. Todo esto nos induce a creer que estamos empezando a aprender cuan maravillosa cosa es la sangre.