El órgano productor de la voz es un verdadero tubo de órgano


Después de estudiar los órganos que nos permiten percibir los sonidos, bueno será conocer los órganos que nos permiten producirlos.

Todos sabemos algo de la laringe, porque todos hemos visto la prominencia que forma y los movimientos que efectúa a veces de arriba abajo en la parte anterior del cuello. Necio es creer que tal prominencia sea la nuez, o la manzana que Adán quiso tragarse y que se le quedó en la garganta; pues laringes en todo semejantes a la humana las presentan también gran número de animales superiores; la laringe u órgano de la voz es sencillamente un instrumento musical de cuerda. Muchas aves dotadas de bella voz presentan, además de este órgano, otro que viene a ser un instrumento de viento, como un tubo de órgano.

El órgano de la voz no está tan sólo relacionado con la palabra y el canto, sino que interviene también en otras funciones esenciales para la vida, pues forma parte del tubo o canal de la respiración. Hay que observar, además, que a causa de la forma en que se desarrollaron los pulmones en los vertebrados, ha resultado que la abertura del aire en la garganta ha quedado por delante de la del tubo alimenticio.

Tan sólo el estudio del desarrollo de nuestros órganos nos permite comprender el significado de una disposición que hace necesario que a cada acto de tragar, sea sólido o sea líquido el objeto que se degluta, tenga éste que pasar por encima de la abertura del canal aéreo sin entrar en él. De tal disposición resulta otra función de la laringe y es precisamente evitar que en cada acto de deglución los alimentos penetren por las vías aéreas o respiratorias. La laringe está formada de varias piezas, que se llaman cartílagos, partes que pueden considerarse como semióseas.