La miopía o cortedad de vista nada tiene que ver en realdiad con la salud del ojo
Es de grande importancia comprender, desde luego, que la miopía no es cuestión de la salud del ojo. El ojo, como todos los restantes órganos del cuerpo, puede estar sano o enfermo; pero la cuestión de que tratamos aquí, la miopía, depende tan sólo de la forma del ojo o de parte del mismo. La desviación que los rayos luminosos experimentan al atravesar un medio transparente que tenga una forma determinada, se llama refracción; y así se habla de “errores de refracción” al referirnos a un ojo miope, o a otro largo de vista, o a otro que presente algún defecto análogo.
Esto nada tiene que ver con la salud del ojo, ni con la del resto del cuerpo, a no ser que no se corrija el defecto, pues entonces, como vamos a ver, puede llegar a resentirse la salud general. Debemos, por el momento, considerar al ojo como una especie de instrumento o aparato de óptica, y tener presente que de la forma de tal instrumento depende la desviación que experimenten los rayos de luz que lo atraviesan, como sucede en todo instrumento de óptica.
Se da con frecuencia el caso de que la córnea no presente una curvatura regular, sino que puede ser más combada en una dirección, como de lado a lado, de lo que lo es en la otra, esto es, de arriba a abajo. Esto significa que, si miramos, por ejemplo, una cruz, una parte de ella no puede ser vista con entera precisión. Por regla general, este defecto de la córnea, llamado astigmatismo, es tan leve que no afecta prácticamente a la visión; pero en otras ocasiones es tan marcado que exige el uso de cristales "que sean más curvos en una dirección que en otra. la córnea lo sea menos, y menos en la que la córnea lo sea más, de manera que el ligero defecto quede corregido. Este leve error de refracción no tiene la importancia de los que vamos a estudiar ahora.
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