Por qué vemos mejor donde los conos del ojo están acumulados


A simple vista la luz de las dos estrellas cae sobre un solo cono, y así para nosotros es una sola estrella. Cada vez que un astrónomo resuelve una estrella, como se dice, en dos, lo que sucede es que el telescopio ha extendido la luz de un modo suficiente para que alcance dos conos de la retina. Evidentemente, la finura de la visión depende de la proximidad de los conos entre sí, de lo que resulta que es para nosotros gran ventaja ver con aquella porción de la retina en la que los conos están estrechamente acumulados, sin que existan bastones ni nada que los separe. Tal es lo que hace la mancha amarilla en los animales superiores que la presentan.

El detenido estudio de estos hechos ha evidenciado que cada cono retiniano presenta una vía especial en el nervio óptico al que está conexionado, por lo menos, con una célula especial, quizás miles de ellas, en el área visual del cerebro. Suele decirse “la región de la mancha amarilla”, porque alrededor de la referida mancha, donde no hay otra cosa que conos, existe un área retiniana, donde los conos están en una relación predominante; pero hacia los bordes de la membrana apenas se observa alguno que otro, y dicha región está constituida prácticamente por bastones.