No todos los animales que viven en el mar son peces


Además todos los peces tienen espina dorsal, que es la parte principal de lo que llamamos esqueleto; y este esqueleto está en el interior de su cuerpo y se halla recubierto por partes blandas, como son los músculos y la piel. El hecho de tener este esqueleto dentro del cuerpo, formado sobre la espina dorsal y alrededor de la misma, se repite en todos los animales que tienen espina dorsal.

Así como no debemos confundir de ningún modo a los peces con animales como la ballena, así también, debemos desechar la errónea idea de que todos los animales que se encuentran en el mar son. peces. Es absurdo creer que un molusco, una ostra, una estrella de mar, o cualquier otra clase de las llamadas mariscos, sea, en efecto, un pez. No tienen espina dorsal, ni la más remota señal de cerebro, y son tan inferiores al pez, como el pez lo es con respecto a la vaca. No porque vivan en el mar podemos darles el nombre de peces; como tampoco diremos que los gusanos sean pájaros, porque respiran dentro del aire.

Ahora bien, muy a menudo los animales con espina dorsal tienen miembros: patas delanteras y traseras, o brazos y piernas, o alas y patas; y la formación de estos miembros es uno de los hechos más importantes en el proceso general del desenvolvimiento orgánico animal. Pronto la estudiaremos en los peces.

Lo más parecido a miembros que encontramos en los peces son sus aletas. Muchos creen que ciertos peces que tenían una aleta extendida a lo largo de cada costado, de cabeza a. cola, tuvieron, en virtud de su fuerza vital, una parte importantísima en la formación de los cuerpos de animales posteriores y superiores a ellos, pues estas largas aletas laterales se fueron transformando gradualmente, con el transcurso de los siglos, en dos pares de miembros, un. par al frente y otro detrás, que ya empezamos desde ahora a encontrar en todos los animales con espina dorsal.