La extraña historia del abate Faria y sus largos sufrimientos


Antes de ser trasladado al castillo de If, en 1811, había ya padecido tres años de presidio en otra fortaleza. Había cometido el crimen de trabajar para conseguir la unidad de Italia conspirando para formar un reino poderoso, con todos los pequeños estados en los cuales estaba entonces dividida su patria. Esto era hacer traición a los planes de Napoleón, en 1807, y el abate había sido entregado a los franceses.

El nuevo amigo de Edmundo no era otro que el Abate Loco, aunque no mostrase señales de locura y sí muchísimas de tener más clara inteligencia que la mayor parte de los hombres. Dantés quedó extraordinariamente fascinado por el relato del abate acerca de cómo había empleado el tiempo en la cárcel; y preguntóle por qué no podía empezar de nuevo, teniéndole a él como auxiliar para abrirse un camino que les condujera a las murallas exteriores.

-En primer lugar,- dijo el abate, -he pasado cuatro años fabricando las herramientas que poseo y he estado dos más rascando y excavando tierra tan dura como el mismo granito; además, ¡cuántas penas y trabajos para quitar piedras tan grandes que en otro tiempo me hubiera parecido imposible poderlas mover de su sitio!