La rosa


En tiempo de los antiguos dioses, vivía en la ciudad griega de Corinto una señora de nombre Rodanta. Era soberanamente bella, y su casa muy visitada de reyes y señores deseosos de su amor.

Huyó Rodanta de la turba de adoradores, y se refugió en el templo de Artemis, la blanca y hermosa diosa de la pureza. Siguiéronla sus adoradores, que ayudados por las gentes de Corinto rompieron las puertas del sagrado recinto. Ofendida Artemis por el ultraje, convirtió a Rodanta en una encarnada rosa, que aún vive teñida con el carmín que encendió las mejillas de Rodanta, cuando su hermoso rostro sufrió la mirada de sus admiradores. Los profanadores quedaron convertidos a su vez en las espinas que defienden los encantos de Rodanta.


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