La aparición del hombre sobre la superficie del planeta
Hace mucho tiempo que el naturalista inglés Carlos Darwin enunció una teoría que en su época causó gran revuelo: afirmó que el hombre desciende del mono. En verdad, éste es el enunciado vulgarmente difundido; la teoría correcta afirma que el hombre no desciende precisamente del mono, sino que ambos seres, el hombre y el mono, descienden de un tronco común
Al estudiar los fósiles de las diferentes especies animales, se notan modificaciones de una a otra época, las que llegan a hacerse tan marcadas que, en rigor, dan origen a una nueva especie animal. Así es como del primitivo tronco de los reptiles se separaron las ramas de las aves y de los mamíferos actuales.
Hace unos 600.000 años un grupo de animales del primitivo género de los monos fue sorprendido por un período glacial, sin haber podido emigrar hacia regiones más cálidas. Al desaparecer, en los largos milenios, las selvas en que vivían, debieron adaptarse a las condiciones de la llanura. Para poder divisar desde lejos, a sus enemigos naturales, debieron marchar cada vez más erguidos, con lo que se fueron diferenciando los miembros posteriores, que adquirieron la forma de piernas; a su vez, los anteriores, se independizaron totalmente de las funciones de la marcha. El perfeccionamiento de la mano y el correlativo aumento de la inteligencia señalaron el paso de la bestia al hombre.
Son varios los restos fósiles, que se han encontrado en muy diversos lusa-res, que muestran la evolución del esqueleto desde el tronco primitivo de los monos hasta el de los hombres actuales; pero la serie dista de ser completa. El sabio argentino Florentino Ameghino, estudiando los huesos por él encontrados, creyó descubrir que el hombre primitivo se había originado en América. Pero, en verdad, cometió el error de asignar una antigüedad mucho mayor a los terrenos en que encontró los restos fósiles. En la actualidad, hay procedimientos muy exactos para establecer la edad de un terreno o de un esqueleto. Se determinó así que el llamado hombre de Java, que vivió hace nada menos que medio millón de años atrás, es el ser humano más primitivo que se conoce hasta nuestros días.
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