El viaje de los continentes. América se aleja de África


Un fenómeno como ése es el que se quiere señalar al hablar del viaje de los continentes. Claro que el joven lector tendrá que haberse acostumbrado ya a considerar que todos los grandes procesos de la Naturaleza se realizan en forma sumamente lenta. Ni en una generación, ni en cien generaciones, podrá notarse un efectivo acercamiento o alejamiento de los continentes. Se necesitan tiempos enormes para que se adviertan cambios notables. El continente americano, por ejemplo, apenas se desplaza treinta centímetros por año, en dirección al Oeste.

En los tiempos más primitivos, cuando la superficie terrestre se constituyó en corteza sólida, se formó una gran masa continental, integrada por materiales relativamente livianos; esta masa flotaba sobre las capas más pesadas, dispuestas en la parte inferior. El continente primitivo consistió, pues, en una gran masa de granito flotante sobre una envoltura de basalto plástico que rodeaba todo el planeta como una cáscara.

Ese continente primitivo fue el origen de todos los continentes que conocemos en nuestros días. En efecto, por acción de poderosísimas fuerzas derivadas principalmente del movimiento de rotación de la Tierra, el continente primitivo se resquebrajó en varios trozos gigantescos, que comenzaron a derivar con lentitud.

El fragmento más grande del continente primitivo constituyó lo que ahora conocemos como Europa, Asia y África; otro gran fragmento es el continente americano; Australia y la Antártida constituyeron los dos fragmentos más pequeños.

El joven lector que lee estas líneas puede observar, en un planisferio, cómo los distintos continentes actuales encajan perfectamente entre sí.

Así, por ejemplo, la región de las costas del Brasil, desde la desembocadura del Amazonas hasta Río de Janeiro, corresponde con mucha exactitud al ángulo entrante del África, frente al golfo de Guinea. Aparte de esta prueba elemental, los geólogos tienen pruebas mucho más firmes, que aseguran que los continentes han tenido un origen común y luego se desplazaron lentamente, hasta llegar al sitio que ocupan actualmente.