La reina Cleopatra hace traición a Marco Antonio
Empezó entonces Antonio sus preparativos para la lucha, y Cleopatra diole doscientas naves y una cantidad de dinero que ascendería a la suma de veinte millones de pesos oro.
Salió Octavio al encuentro del enemigo con una fuerza mucho menor, pero con soldados en mejores condiciones, pues el lujo y la molicie no los habían echado a perder. Quería Antonio pelear por tierra, pero Cleopatra, que le acompañaba, persuadiólo a que peleara en el mar. Hízolo así el romano en Actium, frente a las costas de Grecia. Fue ésta una de las batallas más encarnizadas de los antiguos tiempos. Antonio habría salido, sin duda, vencedor; pero precisamente en los momentos en que la suerte se le ofrecía más favorable, huyó súbitamente Cleopatra con sus buques a Egipto. Tan intensa era la pasión que Antonio sentía por ella, que él, el soldado más valeroso de Roma, desertó de su escuadra y siguió a la reina egipcia ciegamente.
El fatal destino de Cleopatra, con la caída de su amante, parecía confirmarse; pero trató de hacer las paces con Roma. Hízola saber Octavio que el único medio de obtener este favor era haciendo asesinar a Antonio. No se sabe cuál fue la respuesta a semejante proposición, pero era evidente que se acercaba el fin.
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