¡Salud!
En el medievo creíase que al estornudar, el demonio penetraba en el cuerpo de la persona, y en el siglo xiv se suponía que era el primer síntoma de la peste bubónica; por eso la gente, en algunos países, asustada decía: ¡Salud!, y en España, ¡Jesús! Algunas personas todavía hoy dicen: ¡Salud! o ¡Jesús! Es un resabio de aquella superstición.
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