La guardia muere y no se rinde


Esta frase fue pronunciada por el general Cambronne, comandante de la Guardia Imperial de Napoleón en la batalla de Waterloo.

Cuando le fue intimada la rendición, Cambronne contestó: “¡La Guardia muere y no se rinde!” Siguió una descarga cerrada; el humo envolvió un instante a aquellos valientes y, cuando la atmósfera se despejó, la Guardia estaba sangrientamente diezmada.

Representa esta locución la determinación heroica de mantener firme un propósito, a pesar de todo y contra todo.


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