La muerte del león


En la provincia de Argolis llegó a ser el terror de todos sus habitantes un temible león que, de cuando en cuando, abandonaba el bosque y se dedicaba a devorar a las personas que encontraba.

Tan temible y grande era la fiera, que nadie se atrevió a atacarla ni hubo flechas ni otras armas que lograran traspasar su piel. Ello no obstante, Hércules abrazó al león con sus poderosos brazos, lo obligó a echarse al suelo sobre su espalda, y cayendo arrodillado sobre él, lo estranguló con las manos.

El héroe arrancó al león la piel invulnerable y siempre la llevó echada a la espalda.