El topo furioso de Creta
Minos, rey de Creta, isla situada al sur de Grecia, prometió en cierta ocasión a Neptuno, dios de los mares, sacrificarle un toro; pero en vista del tamaño y belleza del animal. Minos quedóse con el toro. Sucedió que a poco volvióse el toro furioso y empezó a destruir las cosechas.
Hércules logró darle caza y llevó la terrible fiera viva a Micenas, como prueba de su meritoria tarea; pero Euristeo lo dejó imprudentemente en libertad, y entonces el toro atravesó el istmo de Corintio y fue a devastar el valle de Maratón, en Ática.
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