Los dos asnos cargados
Caminaban un día por una carretera dos asnos cargados, el uno de dos cestos de sal y el otro de esponjas. Camino adelante, llegaron a la orilla de un río que debían atravesar, pues no tenía puente. Pensativos, paráronse a reflexionar por qué parte cruzarían con más facilidad. Al fin. el burro cargado de sal entró en la corriente, con tan mala suerte, que tropezó con una piedra, y cayó al agua con toda su carga. Cuando se puso en pie encontró que, habiendo el agua disuelto una gran parte de la sal, el peso había disminuido considerablemente, y así pudo avanzar con rapidez. Contemplando estaba el otro asno lo que a su compañero le había ocurrido, y, al ver tan feliz resultado, lanzóse al agua con su carga. No había apenas entrado en el río cuando quedó desagradablemente sorprendido al notar que las esponjas, con el agua que habían absorbido, éstas aumentaron en tal grado el peso sobre sus costillas, que. no pudiendo soportarlo, fue arrastrado por la corriente, y pereció ahogado. Así lo que sirvió de alivio a uno fue perdición del otro.
Le sirve a uno de provecho lo que a otro deja maltrecho.
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