El lento balanceo del eje de la esfera terrestre


Además de esos dos movimientos, hay un tercero, que es un movimiento vibratorio o de balanceo. Este vaivén no es lo mismo que la rotación. Viene a ser, en realidad, un movimiento de traslación, sólo que se repite ininterrumpidamente. Las olas constituyen un ejemplo de un movimiento de vibración, y conviene tener presente lo que a muchos les es difícil comprender, y es que lo importante no es la rapidez con que se efectúan las vibraciones. El vaivén puede repetirse millones de veces por segundo, o sólo una vez en este espacio de tiempo y acaso ser más lento todavía. El balanceo de un péndulo es un movimiento vibratorio verdadero, y lo sería aun cuando se efectuase un millón de veces más de prisa o un millón de veces más despacio. El eje de la Tierra está, al parecer, sometido a una gran vibración o balanceo, que es del todo distinto de su movimiento de traslación, así como del de rotación; y el período, como se dice, de esta vibración, no es de un segundo, como suele serlo el de un péndulo, ni de menos de una trillonésima parte de segundo, como puede serlo el de una onda de luz, sino de unos veinticinco mil años. Y no obstante es un movimiento vibratorio. Al tratar del movimiento, conviene que tengamos siempre presente esas tres palabras: traslación, rotación y vibración.