Diversos tipos de energía: transformación de unos en otros


El generador más elemental de corriente eléctrica es la pila, que como sabemos transforma energía química en energía eléctrica. La pila más simple es la que está formada por una placa de cobre y otra de cinc, ambas sumergidas en agua acidulada. Este sencillo dispositivo es capaz de producir corriente eléctrica, pero el inconveniente de su aplicación radica en que, como decimos habitualmente, la pila se descarga y debe ser reemplazada por otra, pues lo que ha ocurrido es que se ha «terminado» su energía química, y la pila está agotada. El poder de éstas para producir electricidad es, pues, limitado.

No existe máquina alguna capaz de producir electricidad gratuitamente. De ninguna manera. Siempre debe originarse esa energía en otra distinta, siempre debe existir una transformación de energía. Todas las máquinas ideadas por el hombre se basan en este principio, pues al fin de cuentas todas realizan la transformación de un tipo de energía en otro. Veamos algunos ejemplos: una locomotora al conducir un tren transforma la energía calórica, suministrada a la caldera por el combustible, en energía cinética, o sea energía de movimiento. Algo similar ocurre con el automóvil, cuyo motor convierte la energía producida por la combustión de la nafta, en energía cinética. ¿De dónde proviene entonces la energía que los generadores convierten en electricidad? De distintos medios: en algunas fábricas, de la combustión del carbón; en las centrales hidroeléctricas, de los saltos de agua; y en las pilas atómicas, de la energía nuclear. Pero veamos con detalle cuál es el proceso que produce la electricidad.