En las ciudades etruscas vemos las primeras necrópolis
Se caracterizaron por sus muros de grandes bloques de piedra y por las tres puertas que conducían a su interior. Los elementos esenciales de la arquitectura etrusca -que luego se repetirán en la romana- fueron el arco redondo y la bóveda de cañón corrido, tanto para las construcciones palaciegas y funcionales -puentes, acueductos, etcétera- como para las de sus templos. Aunque algunas ciudades llegaron a tener hasta tres templos, consagrados a Júpiter, Juno y Minerva respectivamente, lo más común fue que tuvieran uno solo con tres capillas. La construcción se levantaba sobre un amplio basamento y poseía un pórtico vasto y profundo; la mayor parte de los templos eran de madera con revestimientos de tierra cocida y pintada; gruesas columnas pertenecientes a una variedad del estillo dórico, que más tarde originó el llamado estilo toscano, sostenían sus cornisas y techos.. En las ciudades etruscas encontramos, además, las primeras necrópolis de Italia. El culto dé los muertos tuvo en este punto tan fuerte arraigo que sólo puede ser comparado con el de los egipcios. En sus tumbas encontramos muebles, utensilios y enseres que permiten seguir paso a paso detalles de la vida diaria. Los muertos reposaban en bancos o lechos adosados a los muros, o en nichos, a modo de alcobas, con un moblaje real o figurado en sus pinturas y esculturas, que reproducen también escenas tomadas de leyendas griegas, de la propia religión o de episodios históricos. Este sistema de enterramiento adoptáronlo luego los primitivos cristianos en las catacumbas.
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