Hacia el sur de México, primera escuela de bellas artes
Tanto en Guatemala como en Venezuela y Colombia el arte hispanoamericano dejó obras importantes en arquitectura, pintura y escultura. De un modo u otro se repite en estas zonas el proceso de traslado de los estilos europeos y se introducen en ellas las características decorativas o los materiales particulares de cada una de estas regiones. Pero tenemos que llegar a Ecuador para encontrar un centro artístico de mucha jerarquía que, con el de México y el de Cuzco, constituye el exponente más alto del arte hispanoamericano.
Una curiosa relación de los quiteños con los Países Bajos, a través de ciertos monjes flamencos que llegaron a la ciudad capital del Ecuador con Sebastián de Benalcázar, favoreció a este sector del arte americano con la influencia de una de las primeras escuelas pictóricas del mundo. Además, los padres franciscanos llevaron a Quito artesanos de Oriente para decorar su iglesia y convento, y de aquí derivó otra influencia sobre el arte quiteño. Hay que recordar el nombre de fray Jodoco Ricke, quien trabajó en Quito como arquitecto y pintor y fundó en el convento de los franciscanos la primera escuela de bellas artes de América.
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