Arte colonial en Perú, del que aún se ven valiosos exponentes
La arquitectura española que se refleja en Perú es la renacentista, la barroca y la neoclásica. Los materiales empleados en ella son, como en la época prehispánica, piedra en la sierra y adobe en la costa.
La característica del Cuzco es que la superposición del arte incaico y del español es física, hasta formar cómodos ciudades, una apoyada sobre la otra. Es frecuente ver un templo, como el de Santo Domingo, edificado sobre el antiguo templo del Sol, o-la iglesia de la Compañía, levantada sobre el palacio de Huayna Capac.
La catedral del Cuzco y la mencionada iglesia de la Compañía son dos monumentos extraordinarios de toda la arquitectura hispanoamericana. Aquélla, de amplio frente con algo de fortaleza y rico portal barroco, y ésta, más vertical y compacta, en la que el más ceñido barroco recibe acentos americanos en las bases desnudas de las torres y los azulejos de colores de la bella cúpula.
La arquitectura de Lima, fundada con el nombre de Ciudad de los Reyes en 1535, no conoció casi la piedra. No fue edificada sobre base incaica y su característica fue el lujo y la gracia. Estas notas se ponen más de manifiesto en los templos y en las casas que en los edificios oficiales.
Un elemento peculiar de la arquitectura limeña, y que daba fisonomía inconfundible a sus calles, es el balcón enrejado de madera, saliente de la superficie de los frentes, y que, a lo largo de los cuatro siglos de la historia de la ciudad, recoge las diversas influencias de la arquitectura en boga.
Quedan algunas bellas casas señoriales en Lima, como la llamada de Pilatos y el palacio de Torre Tagle.
Los templos de Lima son más modestos que los del Cuzco y fueron construidos con gruesos muros de adobe y bóvedas y cúpulas de quincha. Su mayor riqueza no consiste en una estructura imponente ni en una gran amplitud, sino en la decoración interior, que resplandece con el oro de los altares barrocos, platerescos o churriguerescos. Los zócalos de azulejos y los balconcillos de imadera dan al ambiente de las iglesias un carácter doméstico y ameno que subraya la impresión acogedora y amable del lugar sagrado. Las iglesias más importantes son la catedral y la de Santo Domingo. Aquélla, semejante a la del Cuzco, ha sufrido muchas restauraciones y reformas, y conserva una de las obras más bellas de madera tallada de toda América, la sillería del coro.
En Arequipa es donde la arquitectura toma un carácter verdaderamente mestizo. Los elementos decorativos incaicos y las exigencias ambientales han influido fuertemente en la construcción de los españoles, de modo que las casas y templos de la ciudad son ejemplares barroco-indios perfectamente adaptados a la tierra, al clima y la luz de la región.
Otros monumentos de interés se encuentran en Puno, Ayacucho, Cajamarca, Trujülo e lea.
Pagina anterior: Hacia el sur de México, primera escuela de bellas artes
Pagina siguiente: El Alto Perú y sus muestras de arte hispano-americano