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O' Higgins, director supremo. Actividad sediciosa de Carreras

¿Qué gobierno iban a dar los chilenos a su patria después de haberla hecho independiente? Muchos hombres importantes pensaban que Chile debía ser una monarquía, porque no creían que el país fuera bastante ilustrado para poder dirigirse por sí solo; pero por el momento quedó resuelto, después de la batalla de Chacabuco, que O'Higgins gobernara al país, con el nombre de director supremo y con todas las facultades del poder absoluto. El general San Martín, elegido previamente, no aceptó la altísima magistratura.

Grandes peligros amenazaban al nuevo gobierno. O'Higgins tenía muchos enemigos, no sólo entre los realistas, sino entre los patriotas partidarios de Carrera y entre los que querían el establecimiento de una república, en la que el pueblo mandara por medio de sus representantes.

Manuel Rodríguez, el valiente guerrillero, se contaba entre estos últimos. O'Higgins lo hizo reducir a prisión y lo envió custodiado por tropas a Quillota. En el camino, Rodríguez fue asesinado por sus guardias, lo que causó gran indignación.

Entretanto, Carrera había llegado a Montevideo, poco antes de la batalla de Chacabuco, con los buques y armas que contratara en Estados Unidos de América. Lleno de odio hacia O'Higgins y San Martín, deseaba ir a Chile para hacer una revolución contra ellos. Sus dos hermanos, Juan José y Luis, se le habían adelantado, y, ocultos bajo disfraces, se dirigían desde Buenos Aires a Mendoza, para pasar la cordillera y preparar la revolución. Pero las autoridades de Mendoza los descubrieron y fusilaron, pocos días después de la batalla de Maipú.

Al saber Carrera esta noticia, se llenó de furor y juró vengar a sus hermanos. Para conseguirlo se dirigió a las pampas, y allí levantó partidas de montoneros, auxiliado por los indios salvajes. Durante mucho tiempo, el desgraciado Carrera llenó de espanto con sus correrías a las poblaciones argentinas, pero al fin fue derrotado cuando pretendía cruzar la cordillera andina, en Punta del Médano. Un grupo de sus propios hombres lo aprisionó y lo entregó a los vencedores. Fue entonces sometido a proceso y terminó sus días, igual que sus hermanos, frente a un pelotón de fusilamiento, el 4 de setiembre de 1821.