Desenvolvimiento social y cultural de Chile
Chile es una nación firmemente orientada hacia su progreso cultural, social y económico. La instrucción pública ha recibido considerable impulso. La industrialización ha realizado notables progresos, así como la intensificación de la agricultura. Los enormes recursos mineros y las grandes industrias extractivas, principalmente de nitrato, cobre, oro y yodo, que se exportan en grandes cantidades, son la base de un vigoroso comercio exterior. La marina mercante ocupa lugar prominente en la América latina. Una extensa red de carreteras y ferrocarriles une las diversas y alejadas regiones del país. Chile, nación industriosa y fuerte, que goza de grandes atractivos tanto por su vitalidad como por sus bellezas naturales, tiene asegurado un brillante porvenir.
La educación primaria, secundaria y universitaria es gratuita, y la primera obligatoria. Son muchas las bibliotecas, e importantes los museos.
Numerosos han sido los hombres que, en distintas épocas, han ilustrado el nombre de Chile en las artes y en las ciencias. De entre esa pléyade de grandes figuras hemos tomado tres nombres de los más representativos, de los que damos una pequeña nota biográfica. Son ellos: Alberto Blest Gana, Benjamín Vicuña Mackenna y Gabriela Mistral.
El literato que mayor influencia ha tenido en el desarrollo de la novelística chilena ha sido, sin lugar a dudas, Alberto Blest Gana, escritor elegante, fácil y ameno y gran conocedor del corazón humano, cuyas novelas han tenido gran aceptación.
Blest Gana nació en Santiago en 1830. Sus padres, el médico irlandés Guillermo C. Blest y la señora María de la Luz Gana, quisieron hacer de él un militar y, a tal fin, lo hicieron cursar sus primeros estudios en la Academia Militar de Santiago. El niño se distinguió como estudiante, al punto que el gobierno lo envió a Francia para que perfeccionara sus conocimientos, junto con otros jóvenes chilenos. A pesar de ello, al regresar a su patria abandonó la carrera de las armas para dedicarse a la enseñanza, y desempeñó la cátedra de topografía en la Academia de Santiago. Se desempeñó como jefe de sección en el ministerio de Guerra, y ocupó después la Intendencia de la provincia de Colchagua y un asiento en el congreso nacional, tras lo cual pasó más tarde a desempeñar la legación de Chile en Londres y París.
Blest Gana fue un costumbrista de primer orden, y como tal trató de darnos un cuadro de la sociedad chilena, empezando con los primeros días de la república en Durante la reconquista y terminando con la desintegración moral de las familias enriquecidas en Chile que iban a París a educar sus hijos, en Los trasplantados. En la pintura exacta de las costumbres reside, por lo tanto, su valor primordial; sus novelas deben leerse más como documentos sociales que como obras estéticas.
Blest Gana trató de ser, como él mismo lo dijo, el Balzac de su patria, y su obra refleja diversos períodos de la historia chilena y completa un vasto cuadro expositivo y crítico, en el que no falta la certera nota humorística de la evolución social. Ya con sus primeras novelas perfiló certeramente el carácter nacional del costumbrismo chileno, de cuya escuela fue creador. El primer amor, Juan de Arias y Aritmética en el amor dieron la pauta de sus tendencias literarias.
La obra maestra de Blest Gana es Martín Rivas. Además son dignas de leer: El ideal de un calavera, que es la curiosa historia de un aventurero; El loco Estero contiene bellas páginas autobiográficas. Además de las obras antes citadas, Blest escribió: Fascinación, El primer amor y Engaños y desengaños.
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