Levantamiento del sitio y disconformidad de Artigas
El virrey Elío, buscando cómo resolver la desesperada situación de Montevideo, solicitó y obtuvo la protección de la princesa Carlota, hermana de Fernando VII y consorte del príncipe regente de Portugal, instalados en Río de Janeiro desde que Napoleón había expulsado de Lisboa a la familia real portuguesa.
Un ejército portugués, fuerte de 3.000 hombres, atravesó el Yaguarón para acudir en auxilio del virrey español. Esta grave amenaza, unida a la impresión del desastre de Huaqui, labró tanto el ánimo de los gobernantes de Buenos Aires, que los movió a pactar con Elío un armisticio, por el que se obligaban, no sólo a retirar el ejército que sitiaba a Montevideo, sino también a restituir a la autoridad del virrey todo el territorio oriental. Artigas, identificado siempre con el pueblo, manifestó su radical disconformidad con aquel armisticio, pero el gobierno bonaerense, protestando que el abandono de esta provincia sería momentáneo y no tendría otro carácter que un necesario recurso de guerra, consiguió que Artigas, aunque mal resignado a lo que se le exigía, aceptara pasar con sus milicias a la margen occidental del Uruguay, en tanto que Rondeau se embarcaba para Buenos Aires con las fuerzas que había llevado.
El jefe de los orientales marchó a situarse en Entre Ríos, sobre la costa del Ayuí.
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