La exportación de carnes y animales, una importantísima fuente de riqueza


Ya hemos visto cuan grandes son las facilidades de transporte que posee Argentina. Han sido estas facilidades, únicas en América del Sur, las que hicieron posible que la República convirtiera en fuente inagotable de riqueza los millones de animales de diferentes clases y especies que viven en sus praderas sin horizonte visible, los llanos más fértiles del mundo.

Sin sus admirables vías de comunicación, toda esta riqueza no se habría podido explotar, por lo menos en la escala que se efectúa actualmente.

Gracias a la benignidad del clima, a la abundancia y variedad de los pastos, grandemente nutritivos, y a la poca profundidad en que se halla el agua, es posible la cría y engorde del ganado en condiciones óptimas.

Expórtanse anualmente no sólo a casi todas las naciones europeas, sino también a los países vecinos de la República, miles y miles de carneros vivos, así como también carnes congeladas y la lana de los ovinos para la industrialización textil.

La carne de vaca se exporta también en cantidades fabulosas, tanto en animales vivos como en cuartos debidamente congelados, para que pueda conservarse largo tiempo.

Con las carnes de vaca y carnero se prepara también el tasajo, o sea grandes pedazos de carne a los que se les añade bastante sal para que se conserven durante mucho tiempo y puedan aprovecharse en su oportunidad.

Grandes cantidades de caballos, burros y mulos se exportan anualmente, para ser empleados en las faenas agrícolas o servir como bestias de carga.

Buenos Aires debe ser el punto de partida de todas nuestras excursiones. El territorio argentino es como un abanico cuyas varillas son los caminos naturales que convergen a un punto, que es la capital del Plata. El río que ha dado nombre a Argentina -de plata, o sea argentum en latín, se ha hecho la denominación de esta república sudamericana- es uno de los más importantes del mundo y antes parece un gran mar dulce que un río. Ésa fue la impresión que tuvieron los primeros exploradores europeos que llegaron a estas latitudes. Se forma por las aguas confluentes de dos grandes ríos tropicales, el Paraná y el Uruguay. Proceden éstos a su vez de tierra brasileña y no es poca ventura para Argentina que la conformación del relieve de esta parte del continente haga derivar hacia su territorio, de lluvias moderadas y de clima templado, la inmensa masa de agua del trópico.