ACOMODACIÓN
PRIMERAS TEORÍAS RESPECTO A LA ACOMODACIÓN
Desde el punto de vista óptico el globo ocular puede asimilarse perfectamente a la cámara oscura de los gabinetes de física, o a una lente colectiva que proyecta las imágenes invertidas de los objetos exteriores sobre una pantalla situada a la distancia de la longitud focal de la lente.
Supuestos invariables el poder refringente de la lente y la distancia de la pantalla, la imagen sólo será proyectada con claridad cuando los rayos procedentes del objeto sean paralelos, porque la imagen dada por este aparato se aleja de la lente a medida que el objeto colocado delante se aproxima a ella. Por lo tanto para pasar de la visión clara de los objetos situados en el horizonte o que envían al ojo rayos paralelos, a la de los objetos próximos que emiten rayos más o menos divergentes, es necesario o que la pantalla retiniana retroceda, o que la potencia focal del aparato de refracción aumente en proporciones determinadas.
De aquí las dos series de hipótesis propuestas para explicar la acomodación. Keppler suponía que el globo ocular se acortaba y alargaba por la acción del ligamento ciliar, el cual aproximaba o alejaba el cristalino a la retina; y Jacobsen creía que el movimiento hacia adelante del cristalino se debía al paso del humor acuoso detrás de él.
La variación de la longitud del eje entero posterior del ojo se ha atribuído también a la acción de los músculos extrínsecos encargados de comunicarle movimientos. Unos, corno Treviranus, suponían que el eje antero-posterior del ojo era acortado por la contracción de los músculos rectos; otros, como Boerhaave, Rarnsden, etc., que la acción de estos músculos producía por compresión el alargamiento del ojo.
Pero las ideas de Keppler y de Jacobsen están en contradicción con los datos más elementales de la anatomía y en cuanto a la supuesta acción de los músculos rectos del ojo, basta para rechazarla considerar que hay casos de parálisis completa de esos músculos, con persistencia de la acomodación (Graefe). Además, la atropina, que no tiene acción sobre los músculos extrínsecos, paraliza el aparato de acomodación, y la eserina produce una acomodación tetánica para los objetos próximos, sin actuar sobre los músculos rectos.
También se ha admitido que el iris era el agente de la acomodación. La acción del iris, en esta teoría se funda sobre el mecanismo de la formación de los círculos de difusión en las lentes, en las que los rayos marginales convergen más cerca de la lente que los rayos centrales. Luego si la acomodación estuviese encomendada al iris, lo que debería interceptar serían estos últimos.
Aun cuando la acomodación para las pequeñas distancias va acompañada de una contracción pupilar, puede verse distintamente de cerca y de lejos sin cambios en la pupila, y aun ver de cerca con la pupila dilatada, y de lejos con la pupila contraída; tal ocurre cuando después de mirar un objeto muy próximo y poco iluminado, se dirige rápidamente la vista a objetos lejanos iluminados vivamente.
Además, si se practica en una tarjeta una abertura de dos o tres milímetros y se mira a través de ella, subsiste la acomodación, con esta pupila invariable; por último, enfermos a quienes se ha privado de todo el iris por una operación quirúrgica, han conservado todo el poder de acomodación (Graefe, Ruete y Follin).
La acomodación ocular
Primeras teorías respecto a la acomodación
Experiencia de los dos alfileres de Porterfield
Acción del cristalino en la acomodación
Modificaciones en la superficie del cristalino en la acomodación
Agentes de la variación de curvatura del cristalino
Mecanismo de la acomodación
Extensión de la acomodación
El acto funcional de la acomodación
Paresia y parálisis de la acomodación
Espasmo del músculo ciliar de la acomodación
