Los canales interiores, verdaderos caminos en movimiento
Fue en Europa donde se construyeron los primeros canales modernos, que sirvieron para la navegación de embarcaciones de regulares dimensiones. Muchos siguen prestando servicios todavía. En Gran Bretaña hay más de 5.000 kilómetros de canales navegables, entre los que son famosos el de Manchester, de 57 kilómetros de longitud, por el que transitan millones de toneladas anuales, y el de Caledonia, en Escocia, que recorre 100 kilometros desde el río Moray hasta Loch Linnhe, en el norte de la isla, y es navegable por barcos de hasta 600 toneladas.
Pero el país de los canales, en Europa, es sin duda alguna Holanda. Este pequeño reino, en lucha constante contra el proceloso mar del Norte que lo invadió repetidas veces a lo largo de los años, construyó canales desde tiempos lejanos, con el doble propósito de desagotar sus tierras y tener vías de comunicación más cómodas y eficaces. Hoy en día su territorio está cruzado por una verdadera red de estos "caminos en movimiento", imprescindibles para la economía nacional y para la seguridad del país
En los países nórdicos también hay grandes canales. El más famoso es el de Gota que une el Kattegat con el Báltico. De sus 390 kilómetros de longitud, 90 son artificiales y el resto se realizó uniendo el río del mismo nombre con una cadena de lagos. Anualmente pasan por él miles de barcos que buscan la vía más corta entre Gotemburgo y Estocolmo.
En Bélgica hay unos 2.000 kilómetros de canales, lo que considerando la pequeña superficie del país es una notable proporción. En Francia también existen importantes canales, como el de Charoláis, que pone en comunicación las provincias del sur con el Ródano, y, sucesivamente, con el Saona, el Loira, el Sena y el mar del Norte. Tiene 81 esclusas para nivelar su curso a través del extenso territorio que atraviesa.
En América del Sur existen algunos canales interiores de importancia. El mayor de ellos es el canal del Dique, en Colombia, continuación del histórico canal del mismo nombre proyectado y realizado durante la Colonia, a mediados del siglo xvii, por iniciativa del gobernador español don Pedro Zapata de Mendoza. El moderno canal del Dique, inaugurado el 23 de agosto de 1952, une el río Magdalena con la bahía de Cartagena, a través de 114,5 km de pantanos y tierras cenagosas. Por su cauce transitan mensualmente alrededor de 300 embarcaciones fluviales, que incrementan en forma extraordinaria la importancia del puerto de Cartagena y ahorran centenares de kilómetros de recorrido a los productos que van desde el interior del país hacia el Atlántico y el Caribe, y desde la costa hacia los puertos del Magdalena.
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