Digamos los principales componentes de los suelos
Aunque en la composición química de los suelos entran casi todos los elementos conocidos, pocos son los que se hallan en abundancia. El oxígeno, el silicio, el aluminio y el hierro integran los compuestos más frecuentes. Otros no menos importantes como el fósforo, el calcio, el potasio y el nitrógeno ya citado, circulan constantemente entre las capas del suelo en solución acuosa. El movimiento de renovación así producido cambia, en parte, la textura de los terrenos, es decir, el tamaño de las partículas minerales que los integran, y el tiempo necesario para ese proceso depende, como es fácil suponer, de la dureza de la roca madre.
En las regiones de clima cálido, donde la gran irradiación provoca cambios bruscos de temperatura, prodúcense resquebrajaduras y fracturas en la superficie de las rocas, con separación de sus fragmentos, originándose de esa manera los suelos de tipo desértico. En forma parecida, en las zonas frías y templadas, con lluvias abundantes, las rocas se fraccionan sin mayor dificultad debido a las heladas y al deshielo consiguiente, en razón del cambio de volumen que invade los intersticios.
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