La aviación revoluciona el arte de hacer mapas


Tenemos ante nuestra vista un mapa de hoy. Sus colores son tan hermosos como los de un mapa medieval, pero es más exacto, más fino, más rico en pormenores. Un detalle nos llama la atención: ¿por qué se coloca el Norte siempre en la parte superior? Es una consecuencia de la historia de los mapas. La cartografía actual es una creación de los pueblos europeos. Es explicable que al hacer ellos los mapas procuraran representarse en el sitio más importante de la hoja, que es sin duda la parte superior. Se dibujó a Europa arriba, y quedó la tradición de poner el Norte allí.

Hoy nos hallamos en el comienzo de una nueva era en el arte de hacer mapas. Todos los medios modernos son puestos al servicio de la cartografía. Así en los barcos se conoce por medio de la radio la hora del meridiano de partida y se saca la longitud sin necesidad de cronómetros. Se hacen mapas del relieve submarino emitiendo desde a bordo un sonido que se refleja en las rocas del fondo, las que devuelven un eco. Según el intervalo entre éste y el sonido se calcula la profundidad.

Los marinos conocen la situación de su nave, en el mapa, por las direcciones desde las cuales reciben ondas de radar de dos estaciones de la costa, de ubicación conocida. Trazan dos rectas en el mapa, que representan dichas direcciones. Donde éstas se cortan está la posición del barco.

El radar sirve también para revelar la naturaleza del terreno a los aviones que vuelan de noche o cuando hay niebla. Emiten ondas en todas direcciones y la tierra las refleja, produciéndose en la pantalla qué observa el piloto una imagen de la región volada. Existen mapas que muestran cómo aparecen en la pantalla del radar distintas zonas de Estados Unidos de América, para que los aviadores las reconozcan.

El avión ha sido una ayuda extraordinaria en la realización de nuevos mapas. Antes de ser usado en estas tareas era necesario un batallón de técnicos que trabajaran durante meses, internándose en bosques y pantanos, con pesados instrumentos, para obtener los detalles topográficos. Un aeroplano puede tomar en dos horas fotografías de toda una región, con las cuales se hacen en el gabinete mapas mucho más exactos y en menos tiempo del que antes se requería.