Las raíces amargas que se cree alivian el reumatismo
La zarzaparrilla, a veces recetada para el reumatismo, se obtiene de la raíz desecada de plantas pertenecientes al género Smilax, nativas de América Central. Varías especies rinden esta sustancia. Todas son sarmentosas. Las hojas son alternas, redondeadas en la base y terminadas en punta, con los pecíolos provistos de dos zarcillos, y las flores se reúnen en número de ocho a doce en umbelas simples, axilares, con un pedúnculo común aplanado. El fruto es una baya roja, con una, dos o tres semillas. La raíz tiene un sabor algo amargo y, cuando se la macera en agua, imparte a ésta un color rojo. Fue introducida la raíz en Europa ya hace más de tres siglos, habiéndose usado desde entonces para fines medicinales. Las raíces de algunas de estas especies son muy grandes; se utilizaban antes en medicina, pero ahora muchos médicos les niegan eficacia o les atribuyen sólo un papel secundario en la curación del reumatismo. Tiene propiedades sudoríficas y depurativas.
El áloe, de donde se obtiene el acíbar, pertenece a la familia de las liliáceas y es oriundo de los países más cálidos del Viejo Mundo. Abunda en África del Sur, pero hay muchas especies, algunas de las cuales se encuentran en las Indias Orientales y las Occidentales (Antillas). La planta de donde se obtienen los áloes del farmacéutico tiene raíz fuerte y fibrosa, con tallos de un metro o algo más, y las flores se agrupan en racimos. Las numerosas hojas arrancan todas de la parte superior de la raíz, son estrechas, afiladas, lisas y carnosas, con dientes espinosos a lo largo de sus bordes. Es de estas hojas de donde se extrae la droga que actúa como laxante. Cuando se cortan de través brota un zumo resinoso, que luego es secado. A veces se extrae este zumo al hervir las hojas.
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