Los vegetales inferiores carecen de raíz, hojas y flores


Hay plantas inferiores de organización muy superior a las bacterias: los hongos. Éstos son en su mayoría microscópicos y no tienen raíz, ni hojas, ni flores. Algunos son sumamente útiles al hombre, como el que produce la penicilina, y otros perjudiciales, pues provocan enfermedades en las plantas cultivadas por el hombre (cereales, frutales, etc.). Las bacterias y los hongos, en general, no pueden vivir por su propio esfuerzo, pues les falta un pigmento verde que poseen las plantas superiores, la clorofila, con el cual éstas fabrican sus alimentos, utilizando la luz solar, el agua, el aire y las sales del suelo. Por eso, las bacterias y los hongos son parásitos cuando viven sobre otros organismos vivos, o saprofitos cuando viven sobre sustancias orgánicas provenientes, en general, de organismos muertos.

A las bacterias siguen en organización las algas, que tienen pigmento verde y son de las primeras en desarrollarse sobre las rocas desnudas, con tal de que haya suficiente humedad. A éstas le siguen en organización los hongos, los líquenes y los musgos. Si escalamos un peldaño más en el reino vegetal hallamos los helechos, y más arriba aún, las plantas que dan flores. Con los residuos de estas plantas va aumentando poco a poco el sedimento de tierra vegetal, hasta que llega a adquirir el volumen necesario para que en él puedan germinar las semillas de arbustos o árboles que quizá arrastra el viento o dejan caer las aves en sus periódicas migraciones. De este modo se van cubriendo de vegetación las desnudas rocas; y los insectos, pájaros y animales herbívoros encuentran allí lo necesario para su subsistencia. Pasa el tiempo; y aquel lugar un día desierto y estéril, es hoy espléndido jardín o frondoso huerto.