Las aves que sacan los ojos a sus víctimas para luego destrozarlas
Aunque las gaviotas pequeñas se contentan con comer gusanos, las grandes son tan terribles como las águilas o los cuervos. Se nutren de ratones y de ratas, con lo cual nos prestan un servicio; pero también se ceban a menudo en aves útiles, y entonces ya no resultan tan beneficiosas. Todavía son peores las que atacan a los corderos y a los ciervos jóvenes. Empiezan sacando los ojos a sus víctimas, e impiden de este modo que puedan escaparse. La gran gaviota de manto negro o gaviota gigante, es de las más destructoras. Mide del pico a la cola, hasta setenta centímetros; el solo hecho de que pueda matar a los pájaros y a los corderos demuestra que tiene mucha fuerza.
Las gaviotas de manto negro, las arenqueras o comunes y otras especies, pueden verse durante el invierno en las orillas del mar y junto a los ríos o a los pantanos; mientras en el otoño y en la primavera se internan a distancias mucho mayores de las costas. Algunas de ellas, como la de cabeza negra, construyen entre los pantanos unos nidos de juncos y hierbas, en forma que no pueda alcanzarles la crecida del agua y se agrupan en nutridas colonias, que se alimentan de insectos, crustáceos y huevos, aun los de su misma especie.
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