Hábitos de los proceláridos, que sabios no aciertan a explicar


Los mismos sabios ignoran muchísimas cosas relativas a los proceláridos, familia a la cual pertenecen los petreles. Creíase que el petrel rabihorcado de Canadá no se alejaba nunca de las costas canadienses; pero un día apareció de improviso en Inglaterra una de esas aves. Luego se encontraron otras análogas en las islas Sandwich, donde cierto naturalista les asignó su permanencia habitual y exclusiva; y posteriormente una especie de procelárido que, según se suponía, no abandonaba nunca las islas Fidji, ha sido hallado en el país de Gales.

Las aves de las tempestades se reúnen en alta mar formando grandes bandadas y aprovechan los fuertes temporales para coger los peces que han sido arrastrados a la superficie; las hay que se zambullen y penetran a gran profundidad, para alcanzar mejor su presa. Entre otras especies, hay una conocida con el nombre de paloma del Cabo o petrel pintado, de hermoso plumaje blanco y negro distribuido de tal forma que cuando el animal vuela, parece el tablero del juego de damas. La mayoría de los proceláridos de tamaño reducido descansan en pequeñas madrigueras; pero ponen los huevos entre las rocas de los acantilados y construyen el nido con pedruscos. Cuando el procelárido descansa en su nido parece una especie de paloma, pero la semejanza desaparece al observar que tiene los pies palmados. El hermoso procelárido llamado fárdela blanca suele posarse sobre las peñas en los bordes de hondos precipicios, para hacerse un nido con piedras y guijarros.

El petrel gigante de las regiones antárticas, que pesa cerca de cuatro kilogramos, se fabrica el nido con piedras, y desde él emplea para defenderse un medio harto repugnante. Posee la facultad de arrojar los alimentos contenidos en su estómago sobre quien se le acerca; y los mismos pequeñuelos proyectan por las narices, siempre que se los asusta, un aceite maloliente hasta una distancia de tres o cuatro metros. Al petrel gigante le gustan mucho los huevos del pájaro bobo, así como los hijuelos de este animal, y hace estragos entre ellos.