Dónde hace su nido y cómo prepara su despensa el águila dorada
Como ocurre con otras aves de rapiña, la hembra del águila dorada es mayor que el macho. Su longitud desde la punta del pico a la extremidad de la cola es de unos noventa centímetros, mientras el macho mide 75 milímetros menos. El plumaje de estas aves es bello y rico; y aunque pueden diferir sus colores, en su mayoría poseen plumas de un matiz pardo dorado. Tienen doradas las extremidades de las plumas; y por eso su apariencia toda es de este último color. Estas aves construyen sus toscos y resistentes nidos en lugares elevados y rocosos, lejos de los que habitan los hombres, y a los cuales no es posible llegar más que descolgándose desde arriba por medio de una cuerda o trepando peligrosos riscos.
Las águilas velan cuidadosamente por la seguridad de sus crías y acometen a todo el que intenta aproximarse a los nidos donde se hallan sus pequeños. Los aguiluchos sienten un apetito voraz, de suerte que sus padres tienen que preparar para ellos una bien provista despensa, que establecen generalmente en alguna gran roca próxima al nido, a fin de que aquéllos puedan trasladarse hasta ella y atracarse durante sus ausencias. Depositan sobre dicha roca liebres, conejos y aves, de los que los aguiluchos luego dan buena cuenta. Si los aguiluchos necesitan tan crecida cantidad de alimento, ¿qué no necesitarán las águilas adultas?
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