Las nutrias y comadrejas no son amigas de construir viviendas
Teniendo en cuenta lo dicho acerca del castor, acaso se espere igual habilidad en la nutria, ligero animal, también dominador de las aguas; pero, en esto de la construcción de su hogar, la nutria se parece al hombre primitivo, pues le bastan los refugios que encuentra hechos en la orilla del río o cerca de ella. La nutria los excava y modela a su gusto; pero no se sabe que nunca se haya tomado este trabajo en donde no existiese de antemano algún retiro natural.
Las comadrejas están particularmente constituidas para abrirse camino por las más estrechas y complicadas galerías subterráneas; pero no se molestan en construirse habitaciones de este género: prefieren buscar un refugio sobre el suelo. Podrían darse por satisfechas si compartiesen la gloria de su hermano mayor, el tejón. Éste es un minero de singular destreza, que sabe excavar largos y tortuosos pasadizos, los cuales conducen a un gran salón subterráneo, al cuarto de sus crías y a otras muchas dependencias dispuestas con el mayor acierto en cuanto a su comodidad y ventilación. Dispone, además, de siete u ocho galerías, orientadas en varios sentidos y que desembocan a treinta metros de distancia unas de otras. Cada una de ellas es un paso libre al exterior, en caso de peligro, y es también un excelente conducto para renovar el aire.
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