Las ardillas construyen nidos que envidiarían muchas aves


La ardilla es también un magnífico arquitecto. No cava la tierra, sino que construye una especie de nido, que podría dar envidia a muchas aves, ya en los agujeros de algún viejo tronco, ya en alguna bifurcación de las ramas, pero siempre a prudente altura, para mayor seguridad. Hace una sólida plataforma, a la cual añade paredes laterales y techo en forma de cúpula; todo compuesto de ramitas tan bien entrelazadas y sujetas, que ni la lluvia ni el viento, que tanto teme, pueden penetrar dentro. Luego forra el interior con el musgo más fino, y de este modo logra poseer un refugio tan cómodo y abrigado como pueda imaginarse. La casa se ventila por una abertura o puerta que le sirve de entrada, y tiene otra abertura en el lado opuesto, para poder escapar su dueño si fuera menester. Se resguarda de la lluvia y del viento cerrando con musgo estas aberturas.