Elefantes que guardan con solicitud a los niños


El elefante es el animal más grande de los que pueblan los continentes, a pesar de lo cual no hay otro que lo aventaje en el afecto y lealtad que muestra a las personas a quienes se ha sometido. Los mayores elefantes habitan el continente africano, donde hombres irreflexivos y crueles los mataron en tan elevado número, que los gobiernos han tenido que intervenir para cortar el mal radicalmente.

En África no hay costumbre de domesticar a los elefantes; este uso es peculiar de la India. En su mayoría nacen salvajes; pero personas muy duchas se dedican a" cazarlos con trampas, y no tardan en volverse tan mansos como los caballos. Ejecutan una gran cantidad de trabajo, pues ningún animal terrestre los supera en vigor ni tampoco, quizá, en inteligencia. Se dejan guiar por un niño y se utilizan con frecuencia, en la India, para el transporte de personas, a las que cargan sobre su lomo.

El elefante, no obstante su enorme peso, que sobrepasa las tres toneladas, es la mejor niñera a quien puede confiarse una criatura. Si una india tiene que ausentarse de su casa, coge a su hijo y lo coloca delante del elefante, el cual se halla sujeto por medio de una cuerda o cadena amarrada a una de sus patas, de suerte que puede moverse libremente de un lado para otro; y es tan grande el cuidado e interés que se toma por el niño que le ha sido confiado, que éste se halla más seguro que si lo vigilasen sus padres. El elefante no lo pisará, a buen seguro, ni ningún animal feroz osará acercarse a él mientras aquél lo tenga bajo su guarda.

En cierta Ocasión, un elefante al que se le había confiado una criatura, empezó a dar, vueltas y vueltas, describiendo un perfecto círculo alrededor de aquélla, y, cada vez que el niño trataba de alejarse, cogíalo con la trompa y lo colocaba de nuevo en el centro del ruedo, donde ningún peligro podía amenazarlo.