De dónde procede la oveja pampa de América del Sur


En América, antes de su descubrimiento por Colón, no existían ovejas. A principios del siglo XVI las introdujeron los conquistadores españoles: importaron merinos puros en el Perú y Méjico.

Llevadas desde el Cuzco por la expedición de Chaves, Rutia y Rui García, llegó al Río de la Plata, en 1550, la primera majada que por aquí se vio. Catorce años después, el adelantado Ortiz de Zarate estipuló la importación de 4000 cabezas de merinos españoles, estipulación que cumplió un poco más tarde su yerno, Torres de Vera y Aragón. Estas primeras majadas, abandonadas a sí mismas, libres en las inmensas y desiertas pampas argentinas, se propagaron extraordinariamente, y degeneraron. De ellas proceden los millones de ovejas pampas, animales de cuerpo delgado, miembros largos y enjutos, lana corta, lacia y liviana, que por espacio de casi dos siglos constituyeron una riqueza que, no explotada, se fue adecentando cada día más, poblando toda la República.

En 1794, un hombre ilustre, Manuel José de Labardén, y en 1813 y 1824 otros criadores, reintrodujeron en el Plata merinos puros, con el objeto de mejorar por cruza la oveja pampa; pero, desgraciadamente, las pestes malograron sus esfuerzos.

Las importaciones de merinos reiniciáronse por el impulso generoso y eficaz del primer presidente argentino, Bernardino Rivadavia. Desde entonces, la selección de los merinos puros pasó por idénticas épocas que en Alemania, país del cual, por lo común, se trajeron los planteles de las cabañas, hasta llegar a formar en la actualidad un tipo que puede decirse propio de la Argentina, bien concluido como productor de lana y animal de carnicería. La cruza del merino con ovejas pampas ha dado y da resultados excelentes. Todo esto no justifica, por cierto, el descuido con que se está considerando ahora al merino, para sustituirlo por otras razas.

Conjuntamente con el merino, o algo más tarde, se importó el Lincoln inglés, raza distinta, que se ha seleccionado y criado con muy buen criterio, y que ha cundido extraordinariamente en la Argentina, donde también se le cruza con las ovejas pampas.