Antílopes tan pequeños como un perro, y otros tan altos como un hombre
El antílope es muy parecido al ciervo. Existen numerosas variedades. Los hay tan pequeños, que no llegan a veinticinco centímetros de altura, mientras otros, como las bellas gamuzas, que habitan en las montañas, son bastante corpulentos y vigorosos.
Los mayores antílopes viven en África y miden ] ,8o metros de alzada o sea, la estatura de un hombre alto. En dicha parte del mundo es donde más abundan, pero hay quince clases de ellos que habitan en el Asia. En las regiones más salvajes del continente negro, existen grandes rebaños de antílopes, y cuando las llanuras se secan por falta de agua, invaden los territorios poblados y devoran sus cosechas. Su carne es comestible, y su pelo y piel prestan al hombre servicios muy apreciables.
En nuestro tiempo no se permite en algunos países que los ciervos vaguen libremente, como en aquellas épocas en que los reyes consideraban más importante poseer selvas llenas de ciervos y jabalíes, que terrenos sembrados de casas y jardines y habitados por personas; pero hay gente rica que conserva en sus parques ejemplares muy hermosos, los cuales son mansos con quienes conocen, aunque en ciertas épocas del año se vuelven temporalmente salvajes.
Los mayores bosques poblados de ciervos están en Escocia, donde se cercan terrenos, que miden a veces muchos kilómetros cuadrados de extensión, en los cuales se plantan millones de árboles, a fin de que estos animales se forjen la ilusión de que viven en selvas vírgenes, como sus antepasados, criándose en ellos mucho más bravíos y salvajes que en los parques. Donde más abundan el ciervo común y el corso es en las montañas de Escocia.
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