El lobo, que persigue a los caballos en las grandes llanuras rusas


El lobo, sin ser un animal del tamaño del oso, es tal vez más temible. Los lobos abundan muchísimo y recorren velozmente distancias considerables. Para cazar, se reúnen, formando grandes manadas; y en invierno, cuando el suelo está cubierto de nieve y el alimento escasea, persiguen a los caballos y a los hombres por espacio de muchos kilómetros.

En Siberia y en Rusia, lo mismo que en otros países fríos, los lobos dan caza a los hombres que conducen los trineos. Por más que corran los caballos asustados, los lobos no se quedan atrás; y muchas veces es preciso que el conductor suelte algún caballo para que los lobos se le echen encima y den tiempo a que se salven el hombre y los caballos restantes. Pero si hay muchos lobos, algunos de ellos prosiguen la persecución y logran de ordinario alcanzar a sus víctimas. Si el hombre, mientras es perseguido, mata a un lobo de un tiro, también se detendrán algunos para devorar a su compañero, pero los demás seguirán corriendo. La misma persistencia demuestran cuando cazan animales; dos de ellos se unen a veces, como lo hacen los leones para apoderarse de un ciervo, escondiéndose el uno mientras el otro persigue a la presa. Los lobos se hallan esparcidos en una extensa área del globo.

En América existen varias especies: el lobo gris, un lobo de talla más pequeña, algo parecido al chacal, llamado lobo de las praderas, y el coyote, que si bien no es muy feroz, causa estragos en las granjas, matando corderos y aves de corral.