Las plumas son más ligeras que el eire ¿cómo es que caen?


Si las plumas fuesen más ligeras que el aire no caerían al suelo jamás. Si una pluma acaba por caer al suelo, es porque, sin duda alguna, es más pesada que el aire, que es lo que en realidad acontece. Si tomásemos separadamente los diversos elementos que constituyen una pluma, y los reuniésemos otra vez, dándoles una forma completamente distinta de la que la Naturaleza les diera, caerían instantáneamente.
El cometido de la pluma es prestar utilidad a un ser que vuela, y por eso la hizo la Naturaleza lo más liviana posible. Hállase formada de un tejido que guarda entre sus intersticios mucho aire, y dispuesto de manera que pueda aprovechar, todo lo posible, el poder sustentador de la atmósfera. Sin embargo, a semejanza de otras muchas cosas que el aire sostiene por espacio de algunos momentos, si aquél se halla en reposo, la pluma acabará por caer, porque es más pesada que él, y la gravedad la solicita hacia el centro de la Tierra. Empero, si el aire está en movimiento, éste desarrolla en sí mismo una fuerza que puede ser superior a la de la gravedad, y entonces la pluma se eleva, arrastrada por los remolinos de aquél. Trátase, pues, sencillamente, de una cuestión de equilibrio entre las fuerzas que obran en diferente sentido.