¿Por qué no se hiela con facilidad el agua de mar?
El agua del mar puede helarse, como otra clase cualquiera de agua, y se hiela, en efecto, cuando las circunstancias no se oponen a ello; pero existen poderosas razones para que el mar no se hiele con tanta facilidad como un estanque, un lago o un río. No es tanto la sal que contiene en disolución, como su profundidad y constante movimiento, lo que retrasa la congelación del agua del mar. Sabemos que hasta que toda la masa de un líquido no se ha enfriado por igual, no empieza a congelarse, porque, mientras aquello no ocurre, el agua más caliente, por efecto de su menor densidad, sube siempre a la superficie. Por consiguiente, cuando el agua es muy profunda, no se hiela fácilmente, y por eso la gran profundidad del mar, que alcanza varios kilómetros en algunos parajes, es la mayor razón que impide su congelación.
Pero el mar se encuentra además en constante movimiento bajo la influencia de los vientos, las mareas y las corrientes. El movimiento del agua retrasa también mucho su punto de congelación, aunque no ejerza sobre él tanta influencia como ejerce en el fenómeno la profundidad.
Empero, en las regiones más frías de la superficie de la Tierra, se hiela el mar, como sabemos gracias a los estudios realizados por los exploradores y hombres de ciencia que, después de vencer múltiples dificultades y riesgos, lograron llegar a los polos Norte o Sur, según los casos. Lo mismo ocurre, al parecer, en nuestro cercano y maravilloso vecino, el planeta Marte, pues con la ayuda de un telescopio se observan en sus polos dos casquetes blancos de hielo, semejantes a los de la Tierra.
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