¿Dónde van a parar las lágrimas?


Si examinamos la parte inferior del ángulo interno del ojo, veremos un pequeño orificio, hacia el cual corren las lágrimas y por el cual descienden a las fosas nasales. Mientras permanecemos despiertos, y cuando no lloramos, todo ocurre como hemos explicado: las lágrimas segregadas por la glándula correspondiente, humedecen el párpado, que limpia el cristal del ojo, y son evacuadas por este estrecho conducto a la nariz; pero cuando lloramos, dichas glándulas segregan las lágrimas en cantidad tan excesiva, que no pueden salir todas por la vía natural, ni caben en el interior de los palpados, y entonces se desbordan fuera de nuestros ojos y bañan nuestras mejillas.

Pero, como ya hemos dicho, si bien cuando no lloramos nos son tan necesarias las lágrimas que sin ellas no podríamos ver, siendo el mecanismo de su funcionamiento mío de los más bellos del cuerpo humano, no nos sirven para nada cuando las segregan las glándulas en proporción excesiva, y aun podemos afirmar que nos son perjudiciales, pues no nos permiten ver claramente.