¿Cuál es la ventaja de poseer dos ojos en lugar de uno?


Tal vez juzguen algunos que no había por qué tener dos ojos, ya que con uno solo vemos tan bien, al parecer, como con dos. Pero más de una vez hemos notado que, bien nosotros mismos, bien otros, al echar leche o poner un terrón de azúcar en el café hemos sufrido un error, vertiendo la leche y colocando el terrón dentro del platillo. Esto nos ocurriría con frecuencia si sólo tuviésemos un ojo. Los dos ojos no ven los objetos desde el mismo punto exactamente, sino desde dos “puntos de vista” distintos, como se acostumbra decir. El cerebro se aprovecha de estos dos puntos de vista, y ve desde los dos al mismo tiempo, y juzga de la distancia de las cosas por la diferencia que existe entre los dos ángulos bajo los cuales las contempla. También al hecho de poseer dos ojos debemos el poder apreciar cuáles objetos están colocados delante, y cuáles detrás. En las fotografías ordinarias aparecen los objetos sin relieve, porque, si se nos permite la frase, la cámara no tiene más que un ojo; pero si tomamos dos fotografías del mismo objeto desde dos puntos de vista que disten entre sí lo mismo que nuestros ojos, y colocamos después ambas fotografías, una al lado de otra, y a la debida distancia, y las miramos con ambos ojos a través de un sencillo instrumento llamado estereoscopio, veremos la imagen como si fuese sólida, o en relieve, como suele decirse. La vemos como veríamos el objeto mismo si lo mirásemos directamente con nuestros propios ojos, sin el estereoscopio.